Pronto concluirá la restauración y conservación de los ornatos de la San Francisco

Este miércoles, en la iglesia San Francisco de esta Ciudad, orgullo de los correntinos y gracias a la firme decisión gubernamental a través del Ministerio de Obras y Servicios Públicos y la Dirección de Obras Públicas, como también de un excelente equipo de profesionales idóneos en la materia, se trabaja en la detención del deterioro y en la recuperación del esplendor e historicidad, del edificio y de sus elementos ornamentales y de culto. La resurrección se hace palpable en este momento en el área del Altar Mayor, en su bóveda colmada de estrellas y leyendas, en las guardas ornamentales en sobre-relieve y en las composiciones alegóricas.

En el emblemático Retablo Mayor, con su rica carpintería policromada, se han recuperado falsos mármoles originales, recubiertos por considerables capas de barniz oxidado y testimonios de algún repinte, producto de intervenciones anteriores. En la pintura mural, de importantes dimensiones ubicada en la pared fondo del Retablo Mayor, el hallazgo ha sido aún mayor, tanto en lo estructural como en lo artístico, el muro está confeccionado con mortero de barro y ladrillos de grandes dimensiones y en cuanto a lo artístico, se halló la firma del autor del mural y la fecha de su realización.

También se realizan múltiples tareas en las pinturas que ornamentan la bóveda de la Nave Central, como en los retablos ubicados en las Naves Laterales Norte y Sur. En las ventanas ubicadas en lo alto, se llevan a cabo tareas de registro y recuperación. Cada sector con sus particularidades y riquezas, tratados con el rigor y precisión de un médico cirujano.

Hasta el momento se han recuperado fragmentos perdidos por algún accidente, se han descubierto firmas en lugares casi inaccesibles o líneas originales de boceto en las composiciones pictóricas. Estos artesanales, pero al mismo tiempo altamente profesionales trabajos, están a cargo de la artista restauradora Elisa Itatí Martínez y un importante grupo de especialistas, entre los que se cuentan Carmen Spaciuk, Diego Bazante, Daniel Mendoza, Federico Holowaty y María Belén Zaninovich.

Es importante destacar que se preservan, conservan y restauran todas aquellas obras de alto contenido patrimonial, cultural, religioso y artístico, que dan cuenta de datos historiográficos de un modo único, no reemplazable por otras fuentes, por tratarse de bienes originales. De esta manera se asegura que el legado llegue a generaciones futuras, permitiendo mantenerla el mayor tiempo posible en una condición estable.

La obra no se detiene en el momento que termina la actuación del autor, sino que sigue existiendo en el espacio y tiempo, lo que deja huellas en su aspecto debido al envejecimiento de sus materiales, a los avatares sufridos a lo largo de su existencia y a las intervenciones anteriores no adecuadas.

La restauración en sí, no debe pretender la reversibilidad de su edad, ni la abolición de la historia, sino que debiera poder ser situada ella misma en el tiempo. Las tareas de restauración son tan apasionantes como complejas.